lunes, 21 de diciembre de 2015

Tres preguntas sobre Esquilo, "Prometeo Encadenado" y "La Orestíada"

La concepción de Esquilo en la tragedia. Prometeo o la superación del Pólemos en la Dike.

En primer lugar, para dar respuesta a esta pregunta es fundamental señalar que: "Las ideas rectoras de las obras de Esquilo son precisamente: la idea de la justicia universal o la Díke, la Sofrosine frente a la hybris, el difícil proceso (pólemos) para alcanzar los ideales anteriores, y la conjunción de los dioses y  los hombres en la consecución de tales ideales"[1]. Para el caso de la obra "Prometeo Encadenado", con la que abre la trilogía, se observa como los dos polos que estructuran la tragedia, Zeus y Prometeo, irán progresivamente cediendo y acercándose para el restablecimiento de la armonía, el cual, si bien no se resuelve en este primer momento, representa "una lucha de contrarios en favor de la díke o justicia entre los hombres, que llegará con el Prometeo liberado".[2] Fundamental, para propiciar este acercamiento, es el entendimiento a través del diálogo, medianía que será representada por todos los demás participantes de la tragedia. Asimismo, no se debe olvidar que Prometeo "está marcado entitativamente por Themis (Lo justo) y Díke (Lo legal)"[3]. Lo anterior, se debe a que es hijo de Themis, es decir, la propia Justicia, "Prometeo es portador de los genes de la Justicia, buscará la Justicia, impulsará lo Justo para acercarse a quien es el Justo"[4]. Por su parte, la sanción de Zeus no es plenamente condenatoria, integra de inmediato su posibilidad de superación, esto marcará también diferencias respecto de la nueva posición de Zeus. Al resolver sus diferencias, ambos salen enaltecidos, ya que "ascienden finalmente a una estatura moral ejemplar para los griegos; se ha dicho: Prometeo aparecerá entonces en el Olimpo, coronado, transformadas las cadenas en diadema"[5].


El mismo Esquilo (525/4 - 456 AC) fue testigo vivencial del movimiento del Pólemos a la Díke en el tránsito hacia la Democracia, no en tanto una abstracción, sino a través de la construcción del derecho por medio del quehacer político, es decir a través de un ámbito práctico. Lo anterior, no se resuelve sin dificultades, puesto que implica la búsqueda permanente de la concordia. Sin embargo, el disenso y la confrontación por los cuales se expresan las desavenencias no deben ser evitados, sino por el contrario, estos forman parte del fundamento en la difícil consecución de pasos hacia el orden. Lo que sí debe ser tomado en consideración, son los obstáculos que impiden la conciliación. El camino hacia la superación del Pólemos, implica voluntad y reflexión por parte de ambos extremos de los contrarios, por tanto, requiere de un pragmatismo fundando en principios universales que además consoliden una ética de responsabilidad personal y pública, de ahí que la Sofrosine y la Hybris, moderación y exceso, sean además el pólemos interno del hombre, viven dentro de él. De esta manera, la virtud y la justicia, ya no se alcanzan a través de herencias, la conquista, es una lucha permanente por aspirar a través de las acciones político/sociales -de carácter móvil, en tanto cambios políticos históricos juzgados por la inteligencia práctica- hacia un equilibrio en lo social, tanto con garantías como obligaciones políticas para su sostén.



La línea unitaria de madre (Clitemnestra), esposo (Agamenón), hijos (Orestes y Electra) y polis.

En la trilogía de la Orestea, Esquilo da cuenta de los profundos cambios políticos que se están viviendo en Atenas, especialmente las reformas de Efialtes al Aerópago. Agamenón, Coéforos y Euménides representan en su conjunto el tránsito que explica el hecho de que la  "justicia dependiente de la naturaleza (Díke cósmica) y a la justicia que dicta la ley de las compensaciones naturales (Ley del Talión), sucedió la justicia dependiente de la polis- Aerópago-".[6] La Orestea se inaugura con el retorno de Agamenón desde Troya. En su ausencia, Clitemnestra su esposa, "clamor de una mujer postergada y oprimida de Grecia"[7], dará muerte a su marido, acechándolo, "es la suya una maldad pensada".[8] Dentro de las justificaciones de Clitemnestra, se encuentran tanto la postergación por los años de ausencia de su esposo en la guerra y también por el sacrificio de Ifigenia, hija de ambos, quien fue muerta para contar con vientos favorables para emprender rumbo a la batalla, además del sacrílego acto de pisar la alfombra destinada a los dioses, acto inducido por la misma Clitemnestra. Seducida por Egisto, no dudará en acometer su crímen, cabe recordar que Clitemnestra " fue una esposa impuesta por costumbres sociales"[9].

En la Coéforas, el hijo de Agamenón y Clitemnestra retorna, "Apolo dio a Orestes el mandato para el "crimen" - el asesinato de su madre- y la Díke, o Ley de Sangre, se lo imponía"[10]. Cabe destacar aquí un tema fundamental, el cual se refiere al hecho de que " Clitemnestra prefirió quedarse sin hijos, algo considerado en Grecia, peor que la muerte"[11]. Por tanto, a pesar de las súplicas de su madre con tal de seguir con vida evitando la venganza, " Orestes, en el acto del matricidio, es decir, en el acto mismo de resistirse al poder persuasivo del pecho materno y dejarlo sin efecto, impone un nuevo nómos, patriarcal y propio de la polis democrática, en el que la relación padre-hijo queda reforzada en detrimento del vinculo madre-hijo".[12] Este acto, coincide con la aparición de las Erinias, quienes punzan la conciencia de Orestes por el matricidio cometido. Esta situación, encontrará finalmente solución a través de un juicio que se realiza en "Las Euménides", donde se "junta en uno la historia del derecho- la "Ley del Talión", el Aerópago y la Ley Natural; la reforma política del Aerópago, tan ansiada por los atenienses"[13]. En esta última parte de la trilogía, somos testigos de la "fundación del nuevo orden jurídico del Estado y la conversión de Erinias en Euménides".[14] Frente al empate final en la decisión del jurado (no sin disenso), Orestes finalmente es absuelto, "el ciclo de la oscuridad y la sangre se ha cerrado, los crímenes familiares han cesado y la luz preside la escena. La divinidad ha restaurado el orden y ha regalado al ser humano una nueva esperanza: el respeto a las más elementales normas de convivencia"[15].

Cuando se realiza la pregunta sobre la línea unitaria entre madre, hijos, esposo y polis en la Orestíada, vemos como se ve confrontada en sus fundamentos la estructura público/privada (oikos -polis) de la ciudad. Clitemnestra al dar muerte a Agamenón "osó romper los sagrados juramentos de las bodas, que obligan a la mujer a una situación de sumisión al marido".[16] Es más, Clitemnestra había también rechazado la experiencia materna de manera consciente, algo totalmente condenable en una sociedad en la cual "las mujeres griegas - o al menos las atenienses de la época clásica cumplen su deber con la ciudad al engendrar hijos en el seno del γάμος para perpetuar el oikos del esposo y proporcionar así a la polis futuros ciudadanos".[17] El crimen Clitemnestra es inexcusable, puesto que traiciona los fundamentos del orden social al tratar de dar rienda suelta a sus propias pasiones, las cuales justificadas o no, no podían permitirse ir en contra de los " tres pilares de existencia: por este orden, los hijos, el marido y la ciudad".[18]



Alabanza y vituperio (entiéndase vituperio como insulto, degradación, censura) de la mujer griega. ¿ Qué se alaba en la concepción griega de la mujer en su relación de esposa madre ? ¿ cuáles son sus traiciones ?.


Es imprescindible, aclarar ante todo, que como muy bien hace referencia Alicia Morales en su ensayo "La Maternidad y las Madres en la Tragedia Griega", existe un profundo silencio que envuelve el mundo griego en torno a las mujeres. Sin embargo, emerge en la tragedia y se hace visible, el mundo de la maternidad, por ejemplo, "en muchos casos se convierten en motores de la acción trágica o forman parte presencial de ésta".[19] En la tragedia, habitualmente son presentadas como fuente de sufrimiento y demuestran una imagen de vulnerabilidad. Es importante recordar que lo femenino se encuentra asociado a la idea del sufrimiento y el dolor en muchas ocasiones, por tanto, actuará como un refuerzo a partir de la oposición en la constitución de lo masculino . Así, la mujer se realiza plenamente en otros ámbitos, esto debido a "como está estructurada la polis ateniense, con una rígida distribución de papeles según los sexos, el fin último de las mujeres es el matrimonio y la maternidad"[20]. Volvemos a retomar un pensamiento esbozado en la pregunta anterior, donde reconocíamos algunas de las principales faltas en Clitemnestra, puesto que "las mujeres griegas - o al menos las atenienses de la época clásica cumplen su deber con la ciudad al engendrar hijos en el seno del γάμος para perpetuar el oikos del esposo y proporcionar así a la polis futuros ciudadanos".[21] Mediante la realización de la mujer bajo estos principios, asume un lugar de importancia fundamental en la constitución y reproducción de los fundamentos de la misma polis. Si bien en el mundo griego "la fertilidad y la producción de hijos es motivo de elogio"[22], todos aquellos pormenores que afecten la consecución de esta misión existencial de la mujer  se transformaran en una terrible condena, simplemente hay que destacar el hecho de que " para las heroínas trágicas no cumplir con el papel que la ciudad les otorga, no alcanzar la meta de la vida y quedar ἄγαμος y ἄπαις o ἄτεκνος - sin casar y sin hijos, como dos caras de la misma moneda- es lo peor que les puede ocurrir, una desgracia mayor incluso que la muerte".[23] Si bien no debemos considerar a la mujer sólo bajo una categoría: la de esposa - madre, es en este ámbito donde existe mayor rigidez al respecto de las representaciones sobre ella y, se evidencia su papel secundario, ya que " el pensamiento tradicional griego atribuía a la madre un papel pasivo en la reproducción, prácticamente, el de ser un mero receptáculo de la semilla de varón".[24] 

Personalmente, considero que la valorización de la mujer en el mundo griego, se centra principalmente en aquel momento. La autora Alicia Morales lo destaca al señalar el profundo vínculo que existe entre el alumbramiento-momento dificultoso, de lucha y dolor, con la vida pública,  en sus palabras: "el parto es el momento en el que las mujeres padecen y arriesgan su vida por cumplir la función que la polis les tiene encomendada, la de proporcionar nuevos ciudadanos a la comunidad. Puede, quizá, afirmarse que el parto es a las mujeres lo que la guerra a los varones, circunstancias en que unas y otros entregan su vida por la ciudad".[25]  Así, el alumbramiento y la crianza, este último considerando que  "otro símbolo por excelencia de la maternidad es el pecho materno"[26],  se entremezclan en el poderoso sentimiento materno, el cual será respetado y temido por los padres, puesto que allí donde lo biológico prima respecto de éste ámbito, el hombre no tiene dominio.









[1] García. C. Tragedia, Filosofía y Política en Esquilo". Bizantion Nea Hellas, Anuario, N.35 (2016)
[2] García. C. Los griegos, tras el "Dios desconocido".  
[3] García. C. Los griegos, tras el "Dios desconocido".
[4] García. C. Los griegos, tras el "Dios desconocido".
[5] García. C. Los griegos, tras el "Dios desconocido".
[6] García.C. Los griegos tras el "Dios desconocido".
[7] García.C. La psicología de Clitemnestra. Bizantion Nea Hellas. 2015, p.12.
[8] García.C. La psicología de Clitemnestra. Bizantion Nea Hellas. 2015, p.10.
[9] García. C. La psicología de Clitemnestra. Bizantion Nea Hellas. 2015, p. 15.
[10] García. C. Los griegos tras el "Dios desconocido".
[11] García. C. Los griegos tras el "Dios desconocido".
[12] Morales.A. La maternidad y las madres en la tragedia Griega . Universidad de Murcia. p.156
[13] Garcia. C. Los griegos tras el "Dios desconocido".
[14] Werner.J. Paideia: los ideales de la cultura griega. Fonde de Cultura Económica, 1962, p. 242.
[15] Jover. J. Esquilo: La Orestea. Editorial Akal, Madrid,  España1998, p.149.
[16] Morales.A. La maternidad y las madres en la tragedia Griega . Universidad de Murcia. p.144.
[17] Morales.A. La maternidad y las madres en la tragedia Griega . Universidad de Murcia. p.132.
[18] Morales.A. La maternidad y las madres en la tragedia Griega . Universidad de Murcia. p.134.
[19] Morales.A. La maternidad y las madres en la tragedia Griega . Universidad de Murcia. p.130.
[20] Morales.A. La maternidad y las madres en la tragedia Griega . Universidad de Murcia. p.132.
[21] Morales.A. La maternidad y las madres en la tragedia Griega . Universidad de Murcia. p.132.
[22] Morales.A. La maternidad y las madres en la tragedia Griega . Universidad de Murcia. p.133.
[23] Morales.A. La maternidad y las madres en la tragedia Griega . Universidad de Murcia. p.132.
[24] Morales.A. La maternidad y las madres en la tragedia Griega . Universidad de Murcia. p.139.
[25] Morales.A. La maternidad y las madres en la tragedia Griega . Universidad de Murcia. p.151.
[26] Morales.A. La maternidad y las madres en la tragedia Griega . Universidad de Murcia. p.152.

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