La concepción de Esquilo
en la tragedia. Prometeo o la superación del Pólemos en la Dike.
En primer lugar, para dar respuesta a esta pregunta es fundamental
señalar que: "Las
ideas rectoras de las obras de Esquilo son precisamente: la idea de la justicia
universal o la Díke, la Sofrosine frente a la hybris, el difícil proceso (pólemos)
para alcanzar los ideales anteriores, y la conjunción de los dioses y los hombres en la consecución de tales
ideales"[1].
Para el caso de la obra "Prometeo
Encadenado", con la que abre la trilogía, se observa como los dos
polos que estructuran la tragedia, Zeus y Prometeo, irán progresivamente
cediendo y acercándose para el restablecimiento de la armonía, el cual, si bien
no se resuelve en este primer momento, representa "una lucha de contrarios
en favor de la díke o justicia entre
los hombres, que llegará con el Prometeo
liberado".[2]
Fundamental, para propiciar este acercamiento, es el entendimiento a través
del diálogo, medianía que será representada por todos los demás participantes
de la tragedia. Asimismo, no se debe olvidar que Prometeo "está marcado
entitativamente por Themis (Lo justo) y Díke (Lo legal)"[3].
Lo anterior, se debe a que es hijo de Themis, es decir, la propia Justicia,
"Prometeo es portador de los genes de la Justicia, buscará la Justicia,
impulsará lo Justo para acercarse a quien es el Justo"[4].
Por su parte, la sanción de Zeus no es plenamente condenatoria, integra de
inmediato su posibilidad de superación, esto marcará también diferencias
respecto de la nueva posición de Zeus. Al resolver sus diferencias, ambos salen
enaltecidos, ya que "ascienden finalmente a una estatura moral ejemplar
para los griegos; se ha dicho: Prometeo aparecerá entonces en el Olimpo,
coronado, transformadas las cadenas en diadema"[5].
El mismo Esquilo (525/4
- 456 AC) fue testigo vivencial del movimiento del Pólemos a la Díke en el
tránsito hacia la Democracia, no en tanto una abstracción, sino a través de la
construcción del derecho por medio del quehacer político, es decir a través de
un ámbito práctico. Lo anterior, no se resuelve sin dificultades, puesto que
implica la búsqueda permanente de la concordia. Sin embargo, el disenso y la
confrontación por los cuales se expresan las desavenencias no deben ser
evitados, sino por el contrario, estos forman parte del fundamento en la
difícil consecución de pasos hacia el orden. Lo que sí debe ser tomado en
consideración, son los obstáculos que impiden la conciliación. El camino hacia
la superación del Pólemos, implica
voluntad y reflexión por parte de ambos extremos de los contrarios, por tanto,
requiere de un pragmatismo fundando en principios universales que además
consoliden una ética de responsabilidad personal y pública, de ahí que la Sofrosine y la Hybris, moderación y exceso, sean además el pólemos interno del hombre, viven dentro de él. De esta manera, la
virtud y la justicia, ya no se alcanzan a través de herencias, la conquista, es
una lucha permanente por aspirar a través de las acciones político/sociales -de
carácter móvil, en tanto cambios políticos históricos juzgados por la
inteligencia práctica- hacia un equilibrio en lo social, tanto con garantías
como obligaciones políticas para su sostén.
La línea unitaria de madre (Clitemnestra),
esposo (Agamenón), hijos (Orestes y Electra) y polis.
En la trilogía de la
Orestea, Esquilo da cuenta de los profundos cambios políticos que se están
viviendo en Atenas, especialmente las reformas de Efialtes al Aerópago.
Agamenón, Coéforos y Euménides representan en su conjunto el tránsito que
explica el hecho de que la
"justicia dependiente de la naturaleza (Díke cósmica) y a la
justicia que dicta la ley de las compensaciones naturales (Ley del Talión),
sucedió la justicia dependiente de la polis- Aerópago-".[6] La
Orestea se inaugura con el retorno de Agamenón desde Troya. En su ausencia,
Clitemnestra su esposa, "clamor de una mujer postergada y oprimida de
Grecia"[7],
dará muerte a su marido, acechándolo, "es la suya una maldad
pensada".[8]
Dentro de las justificaciones de Clitemnestra, se encuentran tanto la
postergación por los años de ausencia de su esposo en la guerra y también por
el sacrificio de Ifigenia, hija de ambos, quien fue muerta para contar con
vientos favorables para emprender rumbo a la batalla, además del sacrílego acto
de pisar la alfombra destinada a los dioses, acto inducido por la misma
Clitemnestra. Seducida por Egisto, no dudará en acometer su crímen, cabe
recordar que Clitemnestra " fue una esposa impuesta por costumbres
sociales"[9].
En la Coéforas, el hijo
de Agamenón y Clitemnestra retorna, "Apolo dio a Orestes el mandato para
el "crimen" - el asesinato de su madre- y la Díke, o Ley de Sangre,
se lo imponía"[10].
Cabe destacar aquí un tema fundamental, el cual se refiere al hecho de que
" Clitemnestra prefirió quedarse sin hijos, algo considerado en Grecia,
peor que la muerte"[11].
Por tanto, a pesar de las súplicas de su madre con tal de seguir con vida
evitando la venganza, " Orestes, en el acto del matricidio, es decir, en
el acto mismo de resistirse al poder persuasivo del pecho materno y dejarlo sin
efecto, impone un nuevo nómos, patriarcal y propio de la polis democrática, en
el que la relación padre-hijo queda reforzada en detrimento del vinculo
madre-hijo".[12]
Este acto, coincide con la aparición de las Erinias, quienes punzan la
conciencia de Orestes por el matricidio cometido. Esta situación, encontrará
finalmente solución a través de un juicio que se realiza en "Las
Euménides", donde se "junta en uno la historia del derecho- la
"Ley del Talión", el Aerópago y la Ley Natural; la reforma política
del Aerópago, tan ansiada por los atenienses"[13].
En esta última parte de la trilogía, somos testigos de la "fundación del
nuevo orden jurídico del Estado y la conversión de Erinias en Euménides".[14]
Frente al empate final en la decisión del jurado (no sin disenso), Orestes
finalmente es absuelto, "el ciclo de la oscuridad y la sangre se ha
cerrado, los crímenes familiares han cesado y la luz preside la escena. La
divinidad ha restaurado el orden y ha regalado al ser humano una nueva
esperanza: el respeto a las más elementales normas de convivencia"[15].
Cuando se realiza la
pregunta sobre la línea unitaria entre madre, hijos, esposo y polis en la
Orestíada, vemos como se ve confrontada en sus fundamentos la estructura
público/privada (oikos -polis) de la
ciudad. Clitemnestra al dar muerte a Agamenón "osó romper los sagrados
juramentos de las bodas, que obligan a la mujer a una situación de sumisión al
marido".[16]
Es más, Clitemnestra había también rechazado la experiencia materna de manera
consciente, algo totalmente condenable en una sociedad en la cual "las mujeres griegas - o al
menos las atenienses de la época clásica cumplen su deber con la ciudad al
engendrar hijos en el seno del γάμος para perpetuar el oikos del esposo y proporcionar así a la polis futuros
ciudadanos".[17]
El crimen Clitemnestra es inexcusable, puesto que traiciona los fundamentos del
orden social al tratar de dar rienda suelta a sus propias pasiones, las cuales
justificadas o no, no podían permitirse ir en contra de los " tres pilares
de existencia: por este orden, los hijos, el marido y la ciudad".[18]
Alabanza y vituperio (entiéndase vituperio
como insulto, degradación, censura) de la mujer griega. ¿ Qué se alaba en la
concepción griega de la mujer en su relación de esposa madre ? ¿ cuáles son sus
traiciones ?.
Es imprescindible,
aclarar ante todo, que como muy bien hace referencia Alicia Morales en su
ensayo "La Maternidad y las Madres en la Tragedia Griega", existe un
profundo silencio que envuelve el mundo griego en torno a las mujeres. Sin
embargo, emerge en la tragedia y se hace visible, el mundo de la maternidad,
por ejemplo, "en muchos casos se convierten en motores de la acción
trágica o forman parte presencial de ésta".[19]
En la tragedia, habitualmente son presentadas como fuente de sufrimiento y
demuestran una imagen de vulnerabilidad. Es importante recordar que lo femenino
se encuentra asociado a la idea del sufrimiento y el dolor en muchas ocasiones,
por tanto, actuará como un refuerzo a partir de la oposición en la constitución
de lo masculino . Así, la mujer se realiza plenamente en otros ámbitos, esto
debido a "como está estructurada la polis ateniense, con una rígida
distribución de papeles según los sexos, el fin último de las mujeres es el
matrimonio y la maternidad"[20]. Volvemos
a retomar un pensamiento esbozado en la pregunta anterior, donde reconocíamos
algunas de las principales faltas en Clitemnestra, puesto que "las mujeres
griegas - o al menos las atenienses de la época clásica cumplen su deber con la
ciudad al engendrar hijos en el seno del γάμος para perpetuar el oikos del esposo y proporcionar así a la
polis futuros ciudadanos".[21]
Mediante la realización de la mujer bajo estos principios, asume un lugar de
importancia fundamental en la constitución y reproducción de los fundamentos de
la misma polis. Si bien en el mundo griego "la fertilidad y la producción
de hijos es motivo de elogio"[22],
todos aquellos pormenores que afecten la consecución de esta misión existencial
de la mujer se transformaran en una
terrible condena, simplemente hay que destacar el hecho de que " para las
heroínas trágicas no cumplir con el papel que la ciudad les otorga, no alcanzar
la meta de la vida y quedar ἄγαμος y ἄπαις o ἄτεκνος - sin casar y sin hijos,
como dos caras de la misma moneda- es lo peor que les puede ocurrir, una
desgracia mayor incluso que la muerte".[23]
Si bien no debemos considerar a la mujer sólo bajo una categoría: la de esposa
- madre, es en este ámbito donde existe mayor rigidez al respecto de las
representaciones sobre ella y, se evidencia su papel secundario, ya que "
el pensamiento tradicional griego atribuía a la madre un papel pasivo en la
reproducción, prácticamente, el de ser un mero receptáculo de la semilla de
varón".[24]
Personalmente,
considero que la valorización de la mujer en el mundo griego, se centra
principalmente en aquel momento. La autora Alicia Morales lo destaca al señalar
el profundo vínculo que existe entre el alumbramiento-momento dificultoso, de
lucha y dolor, con la vida pública, en
sus palabras: "el parto es el momento en el que las mujeres padecen y
arriesgan su vida por cumplir la función que la polis les tiene encomendada, la
de proporcionar nuevos ciudadanos a la comunidad. Puede, quizá, afirmarse que
el parto es a las mujeres lo que la guerra a los varones, circunstancias en que
unas y otros entregan su vida por la ciudad".[25] Así, el alumbramiento y la crianza, este
último considerando que "otro
símbolo por excelencia de la maternidad es el pecho materno"[26], se entremezclan en el poderoso sentimiento
materno, el cual será respetado y temido por los padres, puesto que allí donde
lo biológico prima respecto de éste ámbito, el hombre no tiene dominio.
[1] García. C.
Tragedia, Filosofía y Política en Esquilo". Bizantion Nea Hellas, Anuario,
N.35 (2016)
[3] García. C. Los
griegos, tras el "Dios desconocido".
[4] García. C. Los
griegos, tras el "Dios desconocido".
[5] García. C. Los
griegos, tras el "Dios desconocido".
[6] García.C. Los
griegos tras el "Dios desconocido".
[7] García.C. La
psicología de Clitemnestra. Bizantion Nea Hellas. 2015, p.12.
[8] García.C. La
psicología de Clitemnestra. Bizantion Nea Hellas. 2015, p.10.
[9] García. C. La
psicología de Clitemnestra. Bizantion Nea Hellas. 2015, p. 15.
[10] García. C. Los
griegos tras el "Dios desconocido".
[11] García. C. Los
griegos tras el "Dios desconocido".
[12] Morales.A. La
maternidad y las madres en la tragedia Griega . Universidad de Murcia. p.156
[13] Garcia. C. Los
griegos tras el "Dios desconocido".
[14] Werner.J.
Paideia: los ideales de la cultura griega. Fonde de Cultura Económica, 1962, p.
242.
[15] Jover. J. Esquilo:
La Orestea. Editorial Akal, Madrid,
España1998, p.149.
[16] Morales.A. La
maternidad y las madres en la tragedia Griega . Universidad de Murcia. p.144.
[17] Morales.A. La
maternidad y las madres en la tragedia Griega . Universidad de Murcia. p.132.
[18] Morales.A. La
maternidad y las madres en la tragedia Griega . Universidad de Murcia. p.134.
[19] Morales.A. La
maternidad y las madres en la tragedia Griega . Universidad de Murcia. p.130.
[20] Morales.A. La
maternidad y las madres en la tragedia Griega . Universidad de Murcia. p.132.
[21] Morales.A. La
maternidad y las madres en la tragedia Griega . Universidad de Murcia. p.132.
[22] Morales.A. La
maternidad y las madres en la tragedia Griega . Universidad de Murcia. p.133.
[23] Morales.A. La
maternidad y las madres en la tragedia Griega . Universidad de Murcia. p.132.
[24] Morales.A. La
maternidad y las madres en la tragedia Griega . Universidad de Murcia. p.139.
[25] Morales.A. La
maternidad y las madres en la tragedia Griega . Universidad de Murcia. p.151.
[26] Morales.A. La
maternidad y las madres en la tragedia Griega . Universidad de Murcia. p.152.
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